La displasia congénita de cadera (DCC) es un trastorno en el que la articulación de la cadera no se desarrolla correctamente. Su evolución abarca desde el periodo intraútero hasta el período neonatal. En condiciones normales, la cadera es una articulación donde la cabeza del fémur encaja firmemente en el acetábulo de la pelvis. En la DCC, esta articulación puede ser inestable, subluxarse o incluso luxarse totalmente, lo que puede llevar a problemas en su desarrollo y funcionamiento si no se trata adecuadamente.
Factores de Riesgo:
Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar DCC. Estos incluyen:
Detección y Diagnóstico
La detección temprana de la DCC es crucial para un tratamiento efectivo. Para ello, es fundamental el examen físico del recién nacido:
Cuando existe una sospecha clínica, se deben de llevar a cabo pruebas complementarias.
La elección entre ecografía y radiografía depende de la edad del niño:
El tratamiento de la DCC varía según la edad del niño. El objetivo del tratamiento es posicionar la cadera en su sitio y facilitar un desarrollo adecuado, evitando las complicaciones descritas.
En conclusión, la displasia congénita de cadera es una condición tratable, siempre y cuando se lleve a cabo un diagnóstico temprano y un enfoque adecuado. Las pruebas clínicas y las imágenes diagnósticas son cruciales para una evaluación precisa, y el tratamiento varía en función de la edad y la severidad de la displasia. Con una intervención oportuna, la mayoría de los niños pueden desarrollar una cadera funcional y saludable.
Si tu bebé presenta alguno de los signos de alarma descritos, o ha sido diagnosticado de inmadurez en la/las caderas, o de displasia de esta articulación, consúltanos para una evaluación completa y un seguimiento adecuados.
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