Cuando hablamos del patrón angular de las extremidades inferiores, nos referimos a la alineación de las extremidades desde la cadera hasta el tobillo, en relación con la línea vertical del cuerpo. Esta alineación es crucial para el desarrollo adecuado de la marcha y la funcionalidad de las extremidades inferiores. Durante el crecimiento, es normal observar variaciones en este patrón, que se manifiestan a través de condiciones como el genu varo y el genu valgo.
Es importante diferenciar entre las variaciones normales y patológicas en el patrón angular de las extremidades inferiores. El genu varo es común en los primeros años de vida. Los recién nacidos y los lactantes suelen presentar una cierta curvatura hacia fuera en las piernas debido a la posición fetal y al desarrollo inicial. Esta condición habitualmente se corrige de forma espontánea entre los 18 meses y los 2 años. Entre los 3 y los 5 años de edad lo habitual es presentar un genu valgo, que se va corrigiendo progresivamente hasta los 7-8 años. A partir de los 8 años se definirá el eje que tendremos en nuestra edad adulta.
Cuando el patrón angular se vuelve patológico: el genu varo o el genu valgo se consideran patológicos cuando las desviaciones persisten más allá de las edades fisiológicas esperadas, o cuando se presentan de manera severa. Algunas posibles causas de patología incluyen:
En general, el tratamiento del genu varo y del genu valgo depende de la severidad y de la persistencia de la condición.
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